El año 2000 la Unesco inscribió 14 iglesias de Chiloé en la Lista de Patrimonio Mundial, el 2001 se incorporaron 2 templos más. Ubicadas en el archipiélago que forma parte de la región de Los Lagos, en su conjunto forman parte de la Escuela Chilota de Arquitectura Religiosa en Madera, cuyo origen se remonta a las misiones jesuitas de los siglos XVII y XVIII, continuado por la orden franciscana.
Su excepcionalidad radica en el desarrollo de una técnica única en América Latina de construcción en madera que fusiona conocimientos europeos, locales e indígenas. Este proceso, se produjo durante la evangelización española que estableció capillas en antiguos ngillatuwe huilliche y sobre las cuales se construyeron, posteriormente, las actuales iglesias.
Cada templo cuenta una historia única, siendo la más antigua que sigue en pie la Iglesia de Santa María de Loreto en Achao, la cual aún conserva piezas de su construcción en el año 1730. Igualmente, comparten algunas características como, por ejemplo, su diversidad de maderas y sistemas constructivos, diseño arquitectónico y decoración interior. Además, su ubicación estratégica en colinas y su orientación hacia el mar los hacen destacar en el paisaje.
En su conjunto, son un patrimonio vivo que aún desempeña un papel importante en la vida de las comunidades, expresada en su rol organizacional alrededor de los templos, tanto en acciones vinculadas a la cultura religiosa, así como también en el mantenimiento de los edificios y su entorno.