Avanzan obras de reposición en la cubierta de la planta de lixiviación de Santa Laura
La Planta de Lixiviación de Santa Laura, edificación única en el mundo, es considerada por su singularidad, un símbolo del patrimonio salitrero, cuyo origen se remonta a 1870. La estructura de cuatro niveles está construida íntegramente en madera de pino oregón americano y conserva en su interior la mayoría de los componentes industriales originales, que fueron necesarios para la producción del salitre.
La imperante necesidad de revertir el avanzado estado de deterioro del inmueble motivó a la Corporación Museo del Salitre y al Centro Nacional de Sitios del Patrimonio Mundial a gestionar la recuperación de la Planta de Lixiviación, mediante una sumatoria de iniciativas financiadas por el Programa Social Sitios de Patrimonio Mundial entre los años 2018 y 2021. Estas consistieron en una primera etapa, en los estudios previos necesarios para plantear la propuesta de intervención, contemplando un levantamiento y registro digital, elaboración de una memoria histórica y un diagnóstico estructural, lo que permitió posteriormente dar paso al proyecto de diseño y actual ejecución de obras.
El diagnóstico realizado por especialistas en técnicas no destructivas en madera, determinó que el edificio, de más de 150 años, no tiene daño estructural en sus tres primeros niveles, siendo su cubierta el elemento con mayor pérdida de elementos y por lo tanto el que presentaba menor capacidad estructural. Por lo anterior, el proyecto se enfoca en la recuperación de la estructura de techumbre y cubierta, reutilizando maderas de pino oregón de la época, lo que permitirá conservar el edificio de manera íntegra, devolviéndole por un lado su función estructural y por otro, aportando integridad visual al inmueble como pieza clave de las oficinas salitreras. Adicionalmente, recuperar la cubierta tendrá un efecto de conservación preventiva al proteger las estructuras interiores de agentes de deterioro ambiental, como la radiación solar y la humedad producto de la camanchaca propia del lugar, entre otros.
Entre los días 2 y 5 de mayo, Mirja Díaz Santibáñez, profesional del Centro Nacional de Sitios del Patrimonio Mundial y a cargo de los temas e informes relativos al Sitio, realizó una visita de inspección para constatar el avance del proyecto, señalando al respecto que “las obras se están ejecutando de acuerdo a lo planificado y cuentan con un avance de más de 40%, los materiales utilizados y el propio diseño son los requeridos y autorizados por el Consejo de Monumentos Nacionales, el estándar de la construcción es el adecuado para un Sitio de Patrimonio Mundial y da cuenta de la mano de obra especialista”.
Sobre las eventualidades que han surgido durante la ejecución del proyecto, indica que “una de las cosas más difíciles ha sido contar con madera de igual o superior calidad a la existente de calificación F22, que es tremendamente resistente, pero afortunadamente la Corporación además de las piezas con que cuenta en su banco de materiales, ha adquirido maderas de la misma antigüedad y características estructurales para reutilizar en la obra”.
Adicionalmente, y por la propia naturaleza del edificio, indica que “la Corporación ha tenido la capacidad de armar un equipo técnico y profesional especialista y con amplia experiencia en el estudio de las salitreras y específicamente de la Planta de Lixiviación, lo que está dando como resultado una intervención adecuada y respetuosa con el inmueble, altamente sostenible, que será un aporte a la conservación de uno de los atributos más importantes del Sitio, cumpliendo de este modo los compromisos asumidos con Unesco, tanto por el Administrador del Sitio como por el Estado parte”.