Registro visual Chinchorro

En el Sitio Patrimonio Mundial Asentamientos y momificación artificial de la cultura Chinchorro encontrarás 18 fotografías y 2 multimedias. Al hacer clic en el centro de las imágenes, podrás conocer la historia que cada una cuenta.

Sitio arqueológico Desembocadura de Camarones. Caleta Camarones, Región de Arica y Parinacota. Septiembre de 2024.
El sitio Asentamientos y Momificación Artificial de la Cultura Chinchorro, en la Región de Arica y Parinacota, fue declarado Patrimonio Mundial por Unesco en 2021. El bien está integrado por tres componentes: Faldeo Norte del Morro, Museo de Sitio Colón 10 y Desembocadura de Camarones (en la fotografía). Este último, ubicado a unos 100 km de la ciudad de Arica, contiene asentamientos, cementerios y conchales donde se han encontrado restos de más de 7000 años de antigüedad. A partir de estas evidencias y de su investigación, se han podido reconstruir diversos aspectos de la vida cotidiana de quienes poblaron la costa del desierto de Atacama en tiempos pasados, incluyendo complejas prácticas funerarias y técnicas de momificación.
Fotografía de Constanza Rutherford Pezoa.
Sitio arqueológico Desembocadura de Camarones

“Momia guardiana”, de Paola Pimentel. Caleta Camarones, Región de Arica y Parinacota. Septiembre de 2024.
La escultura “Momia guardiana” fue creada por Paola Pimentel Rocafull y su esposo para un concurso de valorización del patrimonio en la Región de Arica y Parinacota. Originalmente destinada a playa Chinchorro, fue ubicada finalmente en Caleta Camarones, sitio arqueológico de gran relevancia. Está compuesta por tres partes, y solo la base pesa 2 toneladas. Inspirada en la figura de un niño momificado, la obra se erige como un monumento a la cultura Chinchorro, cuyo arte funerario consideró especialmente la etapa de la infancia.
Fotografía de Constanza Rutherford Pezoa.
"Momia guardiana", de Paola Pimentel

Isabel y Gladys Rojas Uribe. Caleta Camarones, Región de Arica y Parinacota. Septiembre de 2024.
Las hermanas Rojas Uribe viven en Caleta Camarones hace aproximadamente 40 años. Junto con sus esposos e hijos, fueron las primeras gestoras de esta comunidad. Con los años, empezaron a ver cómo el paso del tiempo y el viento descubrían objetos sepultados por siglos bajo la arena: tejidos, cuencos, flechas y huesos que, al hacerse visibles, ponían de manifiesto una tradición cultural milenaria. “Somos las guardianas de las momias. No permitimos que llegue gente y se instale, o que escarben, como antiguamente lo hacían”, comenta Gladys. Por su parte, Isabel subraya el respeto que merece esta herencia: “La gente, si puede, se lleva algo: para ellos es artesanía, no cuerpos de personas. Es algo histórico que la gente no imagina, pero con educación, se va aprendiendo.”
Fotografía de Constanza Rutherford Pezoa.
Las hermanas Gladys e Isabel Rojas Uribe

Vivien Standen Ramírez. Museo Universidad de Tarapacá San Miguel de Azapa, Región de Arica y Parinacota. Septiembre de 2024.
La antropóloga Vivien Standen Ramírez se dedica al estudio de la cultura Chinchorro. Su labor puede describirse como una “arqueología de lo invisible”: bajo el microscopio analiza cuerpos y objetos en busca de aquello que no se puede ver a simple vista, como sedimentos o restos minúsculos de fibras.
A través de sus investigaciones ha descubierto que la momificación fue una práctica transversal en la sociedad Chinchorro. La muerte prematura de recién nacidos, lactantes, niñas y niños debió significar una conmoción especialmente fuerte para estas comunidades cazadoras, pescadoras y recolectoras, según se desprende del especial tratamiento post mortem que dieron a ese grupo etario. Algunas mujeres fueron momificadas junto a sus fetos. “El legado que nos dejaron los Chinchorro fue, justamente, su forma de tratar la muerte”, sostiene Vivien.
Fotografía de Constanza Rutherford Pezoa.
Vivien Standen Ramírez

Mariela Santos Varela. Museo Universidad de Tarapacá San Miguel de Azapa, Región de Arica y Parinacota. Septiembre de 2024.
La encargada de conservación del Museo Universidad de Tarapacá San Miguel de Azapa, Mariela Santos Varela, estudia los objetos arqueológicos valiéndose de una herramienta singular: el dibujo. Junto a la antropóloga Vivien Standen investigan los tejidos en fibra vegetal que usaron las personas Chinchorro en su vida cotidiana y en el ámbito funerario. A través de representaciones gráficas, Mariela busca dilucidar las técnicas con las que manufacturaban piezas textiles como esteras y atuendos. “Creo que existía una necesidad de expresarse estéticamente, a partir del dolor, la pena y el sufrimiento por el duelo. Vemos que se incorporan elementos como torsiones, colores, puntos, nudos, en una búsqueda, quizá, de sublimar ese dolor”, señala. Con su trabajo, Mariela intenta evitar que estas técnicas ancestrales caigan en el olvido e impulsar su transmisión para que puedan recuperarse y reactivarse a través de la artesanía y el arte.
Fotografía de Constanza Rutherford Pezoa.
Mariela Santos Varela

Copa de agua con representación de mujeres Chinchorro. Caleta Camarones, Región de Arica y Parinacota. Septiembre de 2024.
En esta pintura realizada sobre una copa de agua en Caleta Camarones, se muestra a dos mujeres Chinchorro practicando un ritual funerario de momificación. La imagen visibiliza el papel fundamental que habrían desempeñado las mujeres en esta sociedad costera: una comprensión íntegra de la historia, así como de los hallazgos arqueológicos, sugieren que ejercieron la caza y la pesca, y que participaron en los procedimientos de momificación a la par de los hombres.
Fotografía de Constanza Rutherford Pezoa.
Copa de agua en Caleta Camarones

María Velásquez Barrera. Valle de Lluta, Región de Arica y Parinacota. Septiembre de 2024.
La artesana María Velásquez Barrera aprendió la cestería en totora cuando era niña, de la mano de Rosa Guisa Lamchipa. La totora es un tipo de junco de gran importancia para el ecosistema, por su capacidad para purificar las aguas, mitigar los efectos del cambio climático y sustentar la vida de numerosas especies. Cerca de Arica, hay totorales en la cuenca del río Lluta, aunque actualmente se encuentran bajo amenaza. “Con la destrucción de los totorales también se destruye el humedal, la flora y la fauna de la cuenca. Hago un llamado a las instituciones y autoridades para que, en conjunto con la comunidad, se tomen medidas por su resguardo”, señala María, quien actualmente se dedica a la didáctica del patrimonio.
En los ejercicios de rescate de memoria afrodescendiente que desarrolla como parte de su oficio artesanal, María se dio cuenta de que la estera que recrea es similar a la que usaron los y las Chinchorro. “Se repite este vínculo de identidad, de propiedad del territorio. A través de la materia prima me estoy vinculando tanto con la cultura afrodescendiente como con la cultura Chinchorro”, afirma.
Fotografía de Constanza Rutherford Pezoa.
María Velásquez Barrera

Catalina Aliste Zamorano en su taller. Arica, Región de Arica y Parinacota. Septiembre de 2024.
Catalina Aliste Zamorano es arqueóloga y tejedora. Cada vez que recibe visitas, las lleva a los museos de la ciudad, porque entiende la importancia de conocer la historia y las diferentes formas de vida que se han desarrollado en Arica a lo largo de los siglos.
Un día recibió un pedido especial: una momia Chinchorro tejida a crochet. “La idea era que fuera lo más cercano a lo que se ha estudiado. Mi representación artística es, de alguna forma, acercarme a la realidad a través de los tejidos”, comenta. La idea cobró fuerza, y los pedidos continuaron. En vez de entregar su artesanía en una bolsa común, Catalina la acompaña con una estera tejida por ella misma, inspirada en las que elaboraban las personas de la cultura Chinchorro.
Fotografía de Constanza Rutherford Pezoa.
Catalina Aliste Zamorano

Restos de tejidos. Caleta Camarones, Región de Arica y Parinacota. Septiembre de 2024.
En Caleta Camarones, aún se pueden encontrar restos de tejidos y objetos prehispánicos entre la arena y los conchales. La comunidad conoce la importancia de cuidar estos hallazgos, por lo que cubren con arena los restos que emergen y brindan indicaciones a los turistas: no llevarse objetos, no usar flash al tomar fotos y evitar la entrada de vehículos al sitio arqueológico.
Fotografía de Constanza Rutherford Pezoa.
Restos de tejidos

Nicole Castro Castro observando el punto donde se sumergió a mariscar por primera vez. Caleta Camarones, Región de Arica y Parinacota. Septiembre de 2024.
Nicole Castro vive en Caleta Camarones. Practica buceo y marisca las orillas, sacando lapa, pulpo y pescado. Además, trabaja en un restorán y se desempeña como guía turística. Para realizar esta actividad, tomó un curso, el cual le permitió acercarse a la cultura Chinchorro y profundizar en su estudio. “En estas investigaciones descubrimos que vivimos casi la misma vida: nosotros también dependemos del mar. La primera vez que saqué erizo lo hice con una piedra semiplana, tal como lo hacían antiguamente”, relata.
Nicole subraya la responsabilidad que le cabe a la comunidad de Caleta Camarones para evitar que turistas y visitantes se lleven restos arqueológicos o que ingresen vehículos al sitio. “Quedamos en cuidar la cultura Chinchorro, porque es donde vivimos, es algo que es parte nuestra”, concluye.
Fotografía de Constanza Rutherford Pezoa.
Nicole Castro Castro

Mirador La Silla. Caleta Camarones, Región de Arica y Parinacota. Septiembre de 2024.
El mirador conocido como “La Silla” es una terraza elevada que ofrece una panorámica completa de la costa, la punta norte de Camarones y el humedal. Desde este punto se pueden observar las embarcaciones, lo que lo convierte en un lugar particularmente significativo para una comunidad que depende de los recursos del mar. Ha sido utilizado por generaciones, sirviendo como un vínculo entre los habitantes de la localidad y su entorno.
Fotografía de Constanza Rutherford Pezoa.
Mirador La Silla

Esculturas sonoras realizadas por Paola Pimentel Rocafull y Johnny Vásquez. Plaza Cantar del Viento, Cuya, Región de Arica y Parinacota. Septiembre de 2024.
A las afueras de Cuya se encuentra la plaza Cantar del Viento, donde Paola Pimentel Rocafull y Johnny Vásquez emplazaron dos obras realizadas como parte de un proyecto de la Universidad de Tarapacá. Consisten en dos esculturas que incluyen un mecanismo con campanas y tubos que resuenan con el viento. Paola revistió las estructuras con su arte inspirado en la cultura Chinchorro y el entorno donde ésta se desarrolló: “Caminaba por el lecho del río, viendo restos de huesos y vegetación antigua. Quería representar la naturaleza y el mundo que rodeaba a la cultura en esa época”, relata. Al hacerlo, siente la necesidad de expresar su respeto por los moradores ancestrales del territorio: “Pedimos permiso si vamos a utilizar una imagen de una momia. Les decimos –internamente– que es para dar a conocer su legado”.
Fotografía de Constanza Rutherford Pezoa.
Esculturas en la plaza Cantar del Viento, Cuya

Paola Pimentel Rocafull en su casa taller, ubicada en el faldeo norte del Morro. Arica, Región de Arica y Parinacota. Septiembre de 2024.
La artista plástica Paola Pimentel creció con la convicción de que debajo de su cama había una momia –al menos eso le decía su madre cuando relataba la construcción de su casa–. De niña, jugando en el barrio, solía encontrar objetos, huesos y tejidos. “Nos preguntábamos qué es esta cultura y qué misterio hay detrás de todo eso”, recuerda. En la actualidad, su trabajo creativo está volcado a homenajear a la cultura Chinchorro. Entre sus obras se destacan la “Momia guardiana” instalada en Caleta Camarones y las esculturas de la plaza Cantar del Viento, en las afueras de Cuya.
Fotografía de Constanza Rutherford Pezoa.
Paola Pimentel Rocafull

Ana María Nieto Farías en el sitio arqueológico Faldeo Norte del Morro de Arica. Arica, Región de Arica y Parinacota. Septiembre de 2024.
La artesana afrodescendiente y exdirigente de la Junta Vecinal N.o 30 , Ana María Nieto, ha sido una impulsora permanente de la protección del patrimonio ariqueño. Junto con sus vecinos y vecinas, realizan limpiezas periódicas en su barrio, en el casco antiguo de la ciudad. “Este es nuestro barrio, es nuestra obligación mantenerlo limpio. La comunidad se acerca al Morro, y no saben que la basura que dejan allí cae en el sitio arqueológico”, señala.
Ana María sabe que es muy probable que bajo su casa también haya momias, al igual que en los faldeos del Morro. Esto la hace sentir más profundamente vinculada con la cultura Chinchorro. “No solamente yo, sino todos mis vecinos están conscientes de eso y muy atentos ahora que ya aprendimos lo que significa el cuidado del patrimonio”, comenta.
Fotografía de Constanza Rutherford Pezoa.
Ana María Nieto Farías

Luisa Araya Zamorano y Beatriz Arce Poblete en el mirador de la Virgen, faldeo del Morro. Arica, Región de Arica y Parinacota. Septiembre de 2024.
Luisa Araya Zamorano es directora del Espacio Cultural Arganda y presidenta de la ONG Observatorio de Conservación Patrimonial. Beatriz Arce Poblete es empresaria turística y dirigente de la Junta Vecinal N.o 20. Amigas y vecinas, ambas reflexionan sobre la importancia de articular esfuerzos para preservar la memoria de la cultura Chinchorro. Desde pequeñas, aprendieron sobre la historia de este pueblo a través de relatos y hallazgos. Hoy, inspiradas por el entorno natural y los vestigios arqueológicos, trabajan por dar continuidad a esa herencia, motivando a la comunidad a involucrarse.
Fotografía de Constanza Rutherford Pezoa.
Luisa Araya Zamorano y Beatriz Arce Poblete

Lenina Barrios Atencio en el acceso al sitio arqueológico Faldeo Norte del Morro de Arica. Arica, Región de Arica y Parinacota. Septiembre de 2024.
La antropóloga Lenina Barrios creció en el casco histórico de Arica. Sentada en las escaleras de acceso al sitio arqueológico, observa el mar, el desierto y los cerros. ¿Cómo era este paisaje hace 7000 años? Sin el ajetreo de la ciudad y el puerto, ¿qué contemplaban los y las Chinchorro? Estas reflexiones la conectan con la cultura ancestral que, desafiando condiciones extremas, logró desarrollar allí una forma de vida única y cuyo legado se entrelaza con la vida cotidiana de los ariqueños.
Ha trabajado por la protección del patrimonio desde diversas organizaciones y participa de las limpiezas colectivas en el sitio arqueológico. Actualmente, como directora regional del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, busca fórmulas para armonizar el cuidado de este con las problemáticas sociales que aquejan a la ciudad. “Al ser un sector de borde, de límite urbano, es un lugar donde se albergan personas en situación de calle. Eso nos confronta con la necesidad de poner en perspectiva el valor del patrimonio respecto de las personas que lo construyen y reconstruyen”, reflexiona.
Fotografía de Constanza Rutherford Pezoa.
Lenina Barrios Atencio

Vista desde la cima del Morro. Arica, Región de Arica y Parinacota. Septiembre de 2024.
Desde la cima del Morro de Arica se despliega una impresionante vista que abarca el mar, el humedal, el “Codo de Sudamérica” y la precordillera. En sus faldeos se encuentra el cementerio Chinchorro más grande excavado hasta la fecha, con momias de diferentes períodos. Las mujeres que se vinculan con este patrimonio comparten que, al contemplar el paisaje, se sienten transportadas en el tiempo y movidas a imaginar cómo vivieron esas comunidades que ocuparon el territorio 7000 años atrás.
Fotografía de Constanza Rutherford Pezoa.
Vista desde la cima del Morro de Arica

Integrantes del equipo de la Corporación Chinchorro Marka en el humedal del río Lluta. Región de Arica y Parinacota. Septiembre de 2024.
El 27 de julio de 2021 el sitio Asentamientos y momificación artificial de la cultura Chinchorro fue incluido en la lista de Patrimonio Mundial de Unesco. En ese contexto, se creó Chinchorro Marka, una organización que hoy se encuentra compuesta mayoritariamente por mujeres, encargada del resguardo y administración de sus tres componentes: el Faldeo Norte del Morro y el Museo de Sitio Colón 10, ambos en el casco histórico de Arica, y la Desembocadura de Camarones, situada en Camarones, una zona rural al sur de la región. La Corporación se dedica al desarrollo y gestión del plan de manejo de este bien patrimonio mundial. En la imagen aparecen Camila Castillo Fuentes, María Francisca Laffertte Espejo, Valentina Hernández Águila, Constanza González Hinojosa, Claudia Gálvez Ibarra, Carolina Silva Vargas y Nicole Ahumada Ocaranza.
Fotografía de Constanza Rutherford Pezoa.
Equipo Chinchorro Marka

















