Patrimonio mundial, géneros y territorios

La profesora Mireya del Carmen Morales Ramos, en la localidad de Quebrada de Agua Dulce. Diego de Almagro, Región de Atacama. Noviembre de 2024. Tras cursar la educación básica en el campamento minero de Potrerillos y la enseñanza media en Copiapó, Mireya Morales estudió Educación General Básica en la Universidad de Atacama. Actualmente realiza clases de Historia y de Tecnología en la Escuela Hernán Márquez Huerta de Estación Paipote. Además, como profesora y presidenta de la Comunidad Indígena Colla Comuna Diego de Almagro, impulsa la implementación de la asignatura de Lengua Ancestral Colla en las escuelas de la zona. En 2015 un aluvión destruyó viviendas, corrales y huertos en varios sectores de la provincia de Chañaral y de Copiapó, incluyendo Quebrada de Agua Dulce. Mireya relata que las mujeres de la comunidad lograron reconstruir esas estructuras y actualmente cuentan con una auténtica “granja”, con gallinas, patos, gansos, conejos, ovejas, cabras y llamas, entre otros animales. El lugar es visitado por estudiantes de distintas localidades para aprender sobre la cosmovisión colla. La preservación de este acervo recae en las mujeres: “La mujer es la que hereda las tradiciones y la encargada de resguardar y difundir todo lo que es la cosmovisión del colla”, explica Mireya. Fotografía de Alejandro Cortés Flores.

Corral y huerto en la localidad de Quebrada de Agua Dulce. Diego de Almagro, Región de Atacama. Noviembre de 2024. Si bien actualmente no desarrollan trashumancias como las descritas en tiempos pasados, los grupos familiares continúan criando cabras, ovejas y llamas. La rutina del cuidado diario de los animales comienza en la madrugada, momento en que se les da agua fresca, pasto y algunos granos. Las cabras adultas son liberadas para que pasten por las laderas de los cerros, en tanto que las crías son separadas de sus madres y puestas en el corral. Por las tardes, las cabras retornan a este, donde son nuevamente alimentadas. Todas estas labores son realizadas con especial cuidado por las mujeres de la comunidad. Fotografía de Alejandro Cortés Flores.

Corral y huerto en la localidad de Quebrada de Agua Dulce. Diego de Almagro, Región de Atacama. Noviembre de 2024. Aunque tradicionalmente el pueblo Colla no se dedicaba a la agricultura, al establecerse en asentamientos permanentes fueron incorporando esta actividad. Actualmente, las mujeres de Quebrada de Agua Dulce cultivan maíz, lechuga, tomate, habas, zapallo, cebolla y ajo, además de alfalfa para los animales. Además, cuentan con algunos árboles frutales –como cítricos, higueras, manzanos y duraznos–, que ya han comenzado a dar sus primeros frutos. Fotografía de Alejandro Cortés Flores.

Dominga Marcelina Morales Ramos, comunera de la Comunidad Indígena Colla Comuna de Diego de Almagro. Cachiyuyo, Diego de Almagro, Región de Atacama. Diciembre de 2024. Tras el cierre de Potrerillos –lugar donde cursó sus estudios de educación básica y media–, Dominga se estableció en el asentamiento colla Cachiyuyo junto a sus padres. Actualmente se dedica al cuidado de sus animales y de su huerto, donde cultiva papas, maíz, cebolla, habas, ajos, zapallo y alfalfa. Utiliza agua de deshielo y de vertiente para regarlo, y aprovecha el guano de los animales como fertilizante. Dominga recuerda los desplazamientos que antiguamente realizaban las familias collas junto a sus animales: “Lo que teníamos más era ganado de cabras y ovejas. Hacíamos trashumancias grandes a La Encantada, a la Exploradora, por Doña Inés, luego bajábamos por estos lados, de Pasto Largo hasta Inca de Oro”. Fotografía de Alejandro Cortés Flores.

Sede de la Comunidad Indígena Colla Comuna de Diego de Almagro en la localidad de Quebrada de Agua Dulce. Diego de Almagro, Región de Atacama. Noviembre de 2024. La Comunidad Indígena Colla Comuna de Diego de Almagro fue una de las primeras en constituirse como tal dentro de la Región de Atacama. Actualmente cuenta con 25 socios activos más sus respectivas familias, agrupando a alrededor de 100 personas en total. Los miembros de la comunidad residen en asentamientos como Quebrada de Agua Dulce, Cachiyuyo, El Jardín y Finca de Chañaral o en ciudades como Copiapó, Inca de Oro, Diego de Almagro y El Salvador. En Quebrada de Agua Dulce se encuentra la sede social y centro comunitario donde la comunidad se reúne. Fotografía de Alejandro Cortés Flores.

Salto de agua al interior de la localidad de Quebrada de Agua Dulce. Diego de Almagro, Región de Atacama. Noviembre de 2024. Distintas escuelas y colegios de las ciudades de Copiapó, Diego de Almagro, El Salvador e Inca de Oro visitan a la Comunidad Indígena Colla en el caserío de Quebrada de Agua Dulce. Mientras algunas comuneras preparan una colación a base de alimentos producidos en los huertos locales, otras mujeres guían a los visitantes por la quebrada hasta llegar a este salto de agua, ubicado a unos 40 minutos de distancia del poblado. Durante el recorrido, las comuneras enseñan a los visitantes sobre la cosmovisión y el modo de vida trashumante colla. Fotografía de Alejandro Cortés Flores.

Nilsa Araya Taquias en la quebrada El Asiento. Diego de Almagro, Región de Atacama. Diciembre de 2024. “Yo me críe por estos sectores, arriando ganado, burros, todo eso”, relata Nilsa. “Salíamos nosotros temprano con el ganado, y después salía la tropa atrás, y nos encontrábamos en tal parte. Allí, donde nos encontrábamos con el ganado, tomábamos tecito, y después seguían con la tropa, y nosotros atrás con el ganado”, explica. El modo de vida de los collas les ha permitido desarrollar vastos conocimientos sobre la flora local y sus usos, ya sean alimenticios, medicinales, tintóreos o rituales, como combustible o como materia prima para la construcción y la elaboración de artesanías. Algunas plantas que Nilsa emplea con fines medicinales son el bailahuén nortino (Haplopappus rigidus), la chachacoma (Senecio nutans), la llareta (Azorella compacta), el caspiche y la flor de la puna (Chaetanthera sphaeroidalis). Fotografía de Alejandro Cortés Flores.

Recolección de hierbas y montes cordilleranos de uso medicinal y gastronómico en quebrada El Asiento. Diego de Almagro, Región de Atacama. Diciembre de 2024. En la fotografía, Nilsa Araya recolecta bailahuén nortino (Haplopappus rigidus), empleado tradicionalmente para afecciones digestivas, cálculos renales, gripes y resfríos. La infusión de tallos y hojas se utiliza también externamente, para lavar heridas y úlceras de la piel. La extracción de la planta se puede realizar durante todo el año. Fotografía de Alejandro Cortés Flores.

Camino a Pedernales, Cachiyuyo. Diego de Almagro, Región de Atacama. Diciembre de 2024. La trashumancia es una de las actividades más representativas del pueblo colla. Los rebaños de ovejas y cabras podían alcanzar las 1000 cabezas. El desplazamiento se daba por diversos pisos ecológicos: durante los meses cálidos, animales y pastores se trasladaban a las estancias de mayor altura, conocidas como “veranadas”, mientras que durante los meses de invierno descendían a las “invernadas”. La permanencia en una estancia podía variar desde 15 días hasta 2 o 3 meses, dependiendo de la disponibilidad de forraje para el ganado. Actualmente son pocas las familias collas que continúan practicando la trashumancia, si bien mantienen la práctica del pastoreo –es decir, soltar y acompañar a los animales diariamente para que pasten en los cerros y quebradas aledañas–. Fotografía de Alejandro Cortés Flores.